Es una de las joyas más deslumbrantes de la arquitectura religiosa de Oaxaca. Sube su elevada escalinata e ingresa en su interior: quedarás maravillado con la amplitud de su nave y la minuciosidad de los decorados de sus ricos retablos. El altar principal aún conserva su retablo original; fue elaborado a mediados del siglo XVI, y las pinturas que lo adornan son atribuidas al español Andrés de la Concha, una de las máximas figuras del arte sacro de la Nueva España. Recubiertas en lámina de oro auténtico, verás columnas y elementos frutales.