“Divulgar la ciencia en un espacio de encuentro interactivo, experimental, creativo e inclusivo, a través de experiencias museológicas y educativas de gran impacto sensorial, educativo y cultural.” Es el lema que ha dirigido el lenguaje museográfico de este recinto desde su creación, en 1992.

Cuenta con trece salas repartidas en tres plantas. La planta baja conduce al planetario José de la Herrán, a una sala dedicada a la estructura de la materia, a un espacio infantil que permite la interacción con la ciencia y al Jardín Universum con su mariposario, huerto urbano, sus plantas medicinales y un prototipo de vivienda en el que se pueden utilizar los recursos naturales de forma más sustentable. Aquí también hay lugar para las exposiciones temporales, nacionales e internacionales, que exploran nuevos horizontes que acercan a la ciencia.

El primer piso está dedicado a la química y cómo influye en la vida cotidiana; al agua como elemento vital; al imaginario matemático como una ciencia viva que permite resolver necesidades prácticas; a generar conciencia sobre los problemas ambientales y empezar a reutilizar, reciclar y reducir; al funcionamiento del cerebro para comprender y controlar el pensamiento, el movimiento y los sentimientos. El segundo piso entra en materia con lo relacionado al Universo, a la evolución del hombre, a la población, a la salud y a la sexualidad.