El recinto lleva el nombre del héroe republicano que protegió el paso del presidente Benito Juárez por La Laguna, en tiempos de la Intervención Francesa. Aunque modesto, este espacio está lleno de curiosidades y, por momentos, parece una galería de antigüedades. Sus piezas son de lo más diverso: monedas antiguas, herramientas de trabajo del siglo XIX, arados, planchas de carbón, armas, electrodomésticos en desuso, etcétera. Llama la atención el cráneo de un entierro indio encontrado en una cueva cercana a Viesca, una cantimplora de madera con forma de barrilito aplanado y una tosca navaja usada para picar el tabaco y hacer cigarros de hoja. Los orígenes de Viesca —uno de los pueblos más antiguos de la Comarca Lagunera— se explican a través de múltiples fotografías, mapas y documentos. El museo exhibe, por ejemplo, una copia del acta de su fundación en 1731 cuando se le dio el nombre de San José del Álamo y otra más de un mapa de finales del siglo XVIII, cuando aún existían las lagunas originales de los ríos Nazas y Aguanaval. Las fotos no son menos ilustrativas. Ahí está una del General Jesús González tomada en 1869 y otra más de uno de los tranvías de mulitas del pueblo, de la época de bonanza económica derivada de la cercana explotación de sal. Aquí hay más cosas que ver de las que uno se imagina.