En 2008 Ernesto Enkerlin Hoeflich y Alida Madero Farías decidieron
establecerse en Parras, eligiendo la Hacienda del Rosario para crear el primer viñedo, cerca de la Hacienda de la Soledad.

A partir de entonces y hasta 2015 se han sembrado 25 hectáreas en dos viñas adicionales.

Aquí se siembra una gran variedad de uvas; las principales son Cabernet Sauvignon y Shiraz; en menor proporción siguen Merlot y Malbec; después, Cabernet Franc, Tempranillo, Sangiovese y Grenache. Además, en una hectárea se dan variedades blancas como Chardonnay, Chenin Blanc, Sauvignon Blanc y Semillón.

Gracias al espíritu conservacionista de Ernesto hay un área dedicada a experimentar con diferentes variedades de cara a los retos que plantea el cambio climático global, además de otros dedicados a la conservación.

La parte medular del proyecto es la producción de uva de alta calidad, la elaboración de vinos propios y ser proveedores de otras bodegas.

Se está innovando la tecnología para la producción de uva con bajo consumo de agua y en la producción de un vino certificado neutro en su huella de agua, biodiversidad y carbono, para acceder a mercados especializados y contribuir a la sostenibilidad.