A orillas del río Mezquital, te recibirán los antiguos sabinos, árboles cuyas nudosas raíces se abrazan sobre el suelo y dan lugar a caprichosas formaciones de corteza y madera. Inclinados sobre la superficie del agua, estos ancianos seres crean un dosel de follaje que luce verde durante la temporada húmeda y rojizo en el otoño. Hacia donde mires, los árboles torcidos, el rugir de las cascadas, el serpentear del riachuelo y el vuelo de las libélulas, harán que te sientas dentro de un cuento.